miércoles, 14 de octubre de 2015

Aportes

El "avión torpedo" que posteriormente Paulet prefiere llamar "autobólido" estaba diseñado sobre la base de su motor a reacción y poseía una forma de "punta de lanza". Esta nave aeroespacial tenía un espacio interior adecuado para una tripulación, revestido a su vez en su parte externa con una capa de material resistente a las condiciones del espacio y de la atmósfera. Paulet eligió el diseño esférico de la cabina debido a que ésta forma geométrica es más resistente a las presiones externas producidas por el medio ambiente y porque a su vez permite una completa libertad de movimiento a la tripulación. Así mismo el diseño consideraba el uso de paredes térmicas y la producción de electricidad para el instrumental por medio de baterías termoeléctricas.
La nave espacial diseñada por Pedro Paulet estaba basada en principios completamente diferentes a los conocidos en ese entonces. La nave de Paulet no tenía alerones, un fuselaje con alas de avión tradicional, un motor a gasolina, ni tiene hélices. La nave estaría construida de una esfera de aluminio con un interior de acero, con unas medidas de 3 metros y medio de largo por dos y medio metros de ancho. La propulsión de cohetes cayó en completo desuso por un tiempo, de tal modo que ni los mismos aviadores tomaban en serio a los nuevos ingenieros de planeadores con motor de hélice. En esta época la industria aeronáutica recién comenzaba, y a las personas no les interesaba la teoría, sino los resultados prácticos.
En 1902 el físico-matemático ruso Konstantín Tsiolkovski, uno de los precursores de la astronáutica diseñó una nave a retropropulsión para viajes interplanetarios guiándose en los diseños y el prototipo denominado "Autobólido" que en 1895 había diseñado Pedro Paulet. Asimismo en 1912, el profesor estadounidense Robert Goddard y el científicoalemán Hermann Julius Oberth (en 1923) perfeccionaron sus motores experimentales sobre la base de la concepción inicial de Paulet.

Fue el propio director de la NASA y director del primer vuelo tripulado a la Luna, el científico Wernher von Braun, quien reconoció que con su esfuerzo el peruano Pedro Paulet ayudó a que el hombre abordara la Luna, y en el libro que el mismo von Braun escribió conjuntamente con Ordway – "Historia Mundial de la Astronáutica" - recuerda que Pedro Paulet, en París, entre 1895 y 1897 experimentó con su pequeño motor de dos kilos y medio de peso, logrando un centenar de kilogramos de fuerza, y agrega "por este hecho, Paulet debe ser considerado como el pionero del motor a propulsión con combustible líquido".

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